domingo, 17 de julio de 2011

6000 miles away, ofrenda de Sylvie Guillem al pueblo japonés

Loïc le Duc
Traduccion : Carolina Masjuan


Foto : Bill Cooper
Sylvie Guillem, Nicolas Leriche
Version française

Después de PUSH y Eonnagata, el Sadler’s Wells, partenaire fiel de las producciones de Sylvie Guillem, programaba, como primicia mundial, « 6.000 miles away », tríptico reuniendo, alrededor de una intérprete excepcional, tres coreógrafos de renombre, William Forsythe, Mats Ek y Jiri Kylian.  A través de la escritura clásica, "6000 miles away" nos permite descubrir a la Sylvie Guillem, mujer de 46 años, que baila e interpreta dos creaciones de coreógrafos que han marcado de forma particular su carrera.
« 6000 miles away » es también un regalo ofrecido por la bailarina al pueblo japonés, que debe hacer frente a los efectos devastadores del terrible tsunami que golpeó ese país a principios de año.  

Foto : Bill Cooper
Sylvie Guillem
Con Rearray, William Forsythe convoca al icono de la danza, Sylvie Guillem, para darle vida en su propio claro-oscuro. Ella se entrega a un diálogo sutil con Nicolas Leriche en el cual la escritura gestual se aprovecha de la extensión máxima que brinda el lenguaje académico. Los brazos y las piernas se estiran, se rompen, se desplazan, los pasos se encadenan. El dúo interpreta la ilusión de una danza duplicada y en cambio ningún gesto encuentra su doble, solamente un eco.
La música minimalista de David Morrow, deja a los dos bailarines, formados en la escuela de la Ópera de París, lacompleta responsabilidad de la armonía. Es innegable que en contacto con Guillem, Forsythe se renueva con esta escritura suya que ha servido a su reputación y le ha permitido crear joyas coreográficas como In the middle…, Herman Scherman o Workwithinwork. Y a Guillem de vivir el gesto forsythiano, desde la línea de los hombros hasta elempeine. Sylvie nos deja sin aliento con su danza virtuosa, gracias a un cuerpo que esconde (aún hoy) unas posibilidades inmensas. Este paso a dos suspendido en el espacio es perturbador de gracia. 

Totalmente diferente es la pieza creada por Mats Ek. Sylvie Guillem es la perfecta representación del cuerpoekiano, sólido, blindado, dispuesto a encajar el gesto, más correoso imposible, del coreógrafo sueco. Cuerporesistente que debe velar por no dislocarse al jugar con sus límites. Ya sean físicos, técnicos o psicológicos, se trata de desplegarlos al máximo. De acuerdo, el vocabulario es clásico, pero sometido a unas torsiones, unas rupturas tales, que pone a Guillem ante el desafío de encadenar los pasos con fluidez.  Inmensos pliés à la seconde, saltos a ras de suelo, cambrés de los que uno no puede enderezarse, la amplitud del movimiento que se acompaña de un estiramiento seco. A esta división ya acrobática, se le suman los mil y un obstáculos (equilibrios sobre la cabeza y otras gracias insólitas) que Mats Ek lanza con malicia entre las piernas de la bailarina, de forma a recordar que la coreografía, como la vida, es una cuestión de nervios, de escozores cotidianos. Si la escritura deBye muestra proeza, es también debido a que se sumerge en las capas más ocultas de su intérprete. El conocimiento que Mats Ek tiene de Sylvie Guillem sirve de base a su trabajo, a ese meticuloso traslado coreográfico que aureola su danza de un vértigo existencial, a menudo cercano a la náusea. 

Foto : Bill Cooper
Sylvie Guillem
Porque Bye es a la vez raro y conmovedor. Una pantalla en forma de puerta crea una escisión entre la película en dos dimensiones y el espacio de la danza, entre el interior y el exterior. Una vez más, la pareja, la familia, la sociedad se revelan como una mina inacabable de trastornos de los que el coreógrafo hará alarde de librarse sin miramientos en el escenario. Magnificado por la danza de Guillem.  Como para anunciar el fin del « solo », la familia, reunida, espera, impaciente, en el paso de la puerta, el regreso de aquella que ha flirteado con la libertad. Pero antes de alcanzarles, de volver a atravesar la pantalla, ella debe volver a calzarse sus zapatos y abandonar la danza… La interpretación justa y precisa de Guillem, hace de ese instante un momento a la vez desgarrador y tranquilizador.
Entre estos dos opus, 27’52”, de Jiri Kylian. Para interpretarlo, Sylvie Guillem ha invitado a dos bailarines del Nederlands Dans Theater, Aurélie Cayla y Kenta Kojiri. Pas de deux elegante, que, a través de la escrituracoreográfica checa, subraya lo doloroso de la dificultad de amar. «Me he buscado demasiado, te he perdido» precisa el narrador mientras los bailarines, torno desnudo, se rozan, entrechocan, se rechazan, sin encontrarse jamás, otorgando a ese dúo extraordinario, una frustración tanto más intensa cuanto que, formalmente, esas imágenes son de una belleza casi dolorosa.

El numeroso público del Sadler’s Wells, ovacionó a Sylvie Guillem. La audiencia puesta en pie aclamó con numerosos bravos y « Merci Sylvie ! » una actuación extraordinaria. Nuevas actuaciones en septiembre del 2011 en el Sadler’s Wells y después una gira mundial. No puedo menos que recomendar asistir a este espectáculo, de una calidad inconmensurable.

Foto : Bill Cooper
Sylvie Guillem

6000 miles away, actuación del 9 de julio de 2011 
Estreno mundial. Sadler’s Wells, Londres.

Rearray, coreografía de William Forsythe (estreno mundial)
Intérpretes: Sylvie Guillem, Nicolas Leriche 
Música : David Morrow
Luces y vestuario : William Forsythe

27’52”coreografía de Jiri Kylian
Intérpretes: Aurélie Cayla, Kenta Kojiri
Música : Dirk Haubrich

Bye, coreografía de Mats Ek (estreno mundial)
Intérpretes: Sylvie Guillem
Música : L.V. Beethoven, Sonata para piano opus 111

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